La MEDITACIÓN es un camino para acceder a niveles más silenciosos, más poderosos del proceso de pensamiento.

Cuando alguien medita no solo se siente mejor porque se siente relajado, sino también porque la estructura de su cerebro ha modificado sus conexiones hábilmente. Al parecer no hace falta ser un experto en meditación para disfrutar de sus beneficios y sentir que un aumento en nuestra capacidad de integración emocional y atencional. Si meditamos con asiduidad uno de los cambios que antes vamos a poder apreciar es la habilidad para vivir en el presente, en el aquí y ahora, dejando a un lado los pensamientos perturbadores sobre el pasado o sobre el futuro. El físico cuántico John Hagelin interpreta el estado meditativo: Llamado Estado Fisiológico Hipometabólico: «Este estado meditativo, alcanzado a través de la Meditación Trascendental, es un cuarto estado de la conciencia humana, identificado por la ciencia fisiológica moderna. No es estar despierto, soñando o durmiendo, es un estado de descanso profundo, ¡más profundo que el sueño!. El descanso profundo es el antídoto más poderoso contra el estrés y la ansiedad». «La mente humana, la conciencia humana está estructurada en capas paralelas a la estructura del universo… lo que significa que hay niveles superficiales de la mente: mente activa, pensante, agitada, caótica. Pero en lo más profundo hay niveles de mente cada vez más silenciosos – niveles más silenciosos, más poderosos del proceso de pensamiento.» En un estudio de asignación aleatoria y controlada financiado por el Instituto Nacional de Salud que duró nueve años, se realizó un seguimiento de personas con alto riesgo de sufrir enfermedades cardíacas en comparación con un grupo de personas controlado. Las personas con alto riesgo experimentaron un descenso de dos tercios en el número de infartos de miocardio, ictus y muerte en comparación con las controladas. John explica además: «Ese descenso de dos tercios fue más significativo que los efectos de la medicina, la dieta o el ejercicio». «Las personas que han estado meditando regularmente, dos veces al día durante cinco años o más tienden a tener una edad corporal y fisiológica de 12 a 15 años más joven que sus homólogos cronológicos.»

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